La post pandemia nos muestra la gran crisis económica, social y política en que nos encontramos a nivel mundial. Esta crisis genera mucho dolor y sufrimiento. El mundo clama por más humanidad; esto nos moviliza a salir de nosotros mismos/as, salir de nuestra zona de confort para lanzarnos e incorporarnos con audacia en la sinfonía de fraternidad universal [1], sinfonía del amor reparador; pues no importa si la persona herida es de aquí o es de allá. Porque es el “amor que rompe las cadenas que nos aíslan y separan, tendiendo puentes; amor que nos permite construir una gran familia donde todos podamos sentirnos en casa”
La post pandemia nos muestra la gran crisis económica, social y política en que nos encontramos a nivel mundial. Esta crisis genera mucho dolor y sufrimiento. El mundo clama por más humanidad; esto nos moviliza a salir de nosotros mismos/as, salir de nuestra zona de confort para lanzarnos e incorporarnos con audacia en la sinfonía de fraternidad universal [1], sinfonía del amor reparador; pues no importa si la persona herida es de aquí o es de allá. Porque es el “amor que rompe las cadenas que nos aíslan y separan, tendiendo puentes; amor que nos permite construir una gran familia donde todos podamos sentirnos en casa”
Dos fundamentos: La Carta Encíclica del Papa Francisco “Fratelli
Tutti” (03 de octubre de 2020), y el Documento de la
Congregación General XXI (18 de mayo de 2022) de las Esclavas
del Sagrado Corazón de Jesús; que a su vez se sostienen en la
Palabra de Dios: La Biblia.
Tomamos como una gracia de Dios la presencia del Papa
Francisco a la cabeza de la Iglesia, quien nos contagia a
implicarnos activamente en el sueño de Dios para la humanidad.
“Fratelli Tutti” es una llamada al
reconocimiento mutuo como hijos e
hijas de Dios y, por consiguiente, a
la fraternidad y a la amistad social
como medios de reconstrucción de
un mundo herido.
“El Papa toma la parábola del ‘Buen Samaritano’ para
profundizar sobre el sentido del prójimo bajo la figura del caído
y abandonado al lado del camino para invitarnos no tanto a
reconocerlo como prójimo, sino a hacernos prójimos de todos.
“También nos recuerda que estamos
hechos para el amor, un amor que va más
allá de nuestra lógica. Un amor sin
fronteras que se centra en la común
dignidad de todas las personas. El reto es
soñar y pensar una mejor humanidad.
nos invita a escuchar la sinfonía, que nace del Corazón traspasado de Jesús, y a incorporarnos a ella con audacia en cinco dimensiones, a modo de las cinco líneas del pentagrama musical: Educación Evangelizadora, Diálogo Reparador, Cercanía activa e implicada con las personas descartadas y exlcuídas, Economía Social y Solidaria y cuidado de la Casa Común. La quinta línea, en nuestra Provincia Perú Bolivia, es la Pastoral Juvenil Vocacional, para contagiar la alegría de seguir a Jesús.
- Vivir en clave de activa Esperanza … esperanza resistente,
osada y martirial.
- Estar en el mundo con otros/as unidos por el trabajo en
red, como un acorde musical, para dar melodía al mundo.
- Caminar juntos/as, haciendo que la Sinodalidad sea una
característica propia de nuestro ser y hacer.
- Vivir en constante discernimiento personal
y comunitario, como en una armonía
musical, compartiendo con otros, desde la
fe, la experiencia, las inquietudes, los
fracasos y las esperanzas.
- Andar con y en la Iglesia en camino, al tiempo de Emaús,
tiempo del encuentro.
- Escuchar la música que fluye del Corazón de Jesús Resucitado, que nos conduce a la conversión continua y a la transformación de la sociedad, a una nueva forma de vivir y modo de actuar con relación a “los otros” en el mundo: la cultura del encuentro.
Cuando hablamos de FRATERNIDAD ...
Término derivado del latín frater, que significa
hermano. parentesco entre hermanos o
hermandad. Designa la buena relación entre las
personas, en donde se desarrollan los
sentimientos de afecto propios de los hermanos
de sangre, unión y buena correspondencia.
La fraternidad es el lazo de unión entre las personas basada en
el respeto a la dignidad de la persona humana, en la igualdad
de derechos de todos los seres humanos y en la solidaridad de
unos por los otros.
Desde este sentido se
Término que viene del adjetivo latino solidus, que significa sólido,
macizo, consistente, completo, entero. Y del verbo latino
solidatum, que significa consolidar, dar solidez, asegurar,
endurecer, soldar.
Son rasgos característicos de la solidaridad:
adhesión, amor, apoyo, devoción,
hermandad y protección. Por eso la
solidaridad es una adhesión sólida, sin
vanos artificios, firme, recia, completa,
entera. Adhesión que implica el olvidarse
de uno mismo y darse a los demás de
forma completa, como si se tratara de mi
hermano, mi amigo. De tal forma que la persona solidaria sea como un apoyo para los más necesitados, como una protección.
La antropología teológica parte de una de las definiciones más antiguas de la tradición cristiana la cual tiene su fundamento en las primeras páginas de la Biblia. Estas señalan que cada ser humano es creado a imagen y semejanza de Dios (cf. Gn 1,26). Lo que nos muestra la inmensa dignidad de cada persona humana, que “no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas”[3]; esto configura su dimensión interpersonal, marcada por relaciones de convivencia o coexistencia
Queremos profundizar en el sentido cristiano de los valores de la
fraternidad y la solidaridad, para así seguir construyendo el
Reino de Dios. De tal manera que esta reflexión no solo invite al
diálogo con todas las personas, sino a gestos y actitudes que
hagan palpable nuestro compromiso.
La parábola del buen samaritano (Lc 10, 25 -37) es sencilla, pero
tiene toda la dinámica para realizar la fraternidad humana
(Fratelli Tutti - FT 69).
La pandemia del Covid-19 trajo consigo el descubrimiento de nuestras fragilidades como humanidad, pero también la certeza de que unidos podemos construir un mundo mejor.