NUESTRO ESTILO EDUCATIVO
Sentimos la necesidad de ahondar en el estilo educativo que brota de la reparación, la “pedagogía del corazón”, como nuestro modo de acompañar a las personas en su proceso de crecimiento humano y cristiano. Asumir esta forma de educar implica buscar aquello que cada uno necesita, combinar firmeza y ternura, y mirar con predilección a los pequeños y débiles.
Desde los primeros tiempos de nuestro Colegio, las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús hemos considerado la educación parte esencial de nuestra misión. A lo largo de los años, y a medida que el Colegio se ha ido consolidando y extendiendo, hemos ido forjando un estilo educativo propio
Reparar Educando, Educar Reparando
La misión que hemos recibido en la Iglesia a través de nuestras Fundadoras, Santa Rafaela María y la Madre Pilar, es la reparación al Corazón de Jesús. Nuestra manera de concebir y vivir la educación está indisolublemente unida, y evoluciona a la par que el modo en que entendemos y realizamos la reparación.
Miramos a cada persona como algo “de mucho precio, que ha costado la sangre de todo un Dios” y la acompañamos en su proceso de crecimiento integral, conjugando todo aquello que tiene que ver con reparar: reconciliar, sanar, unir, crear, dar vida, hacer crecer… amar.
Queremos ayudar a las personas a desarrollar todas sus potencialidades, a vivir como hijos de Dios, hermanados con todas las criaturas, a realizarse en el servicio y en el amor. Lo hacemos en comunión con Jesucristo, creyendo y esperando que de esta manera estamos colaborando con Él en la transformación del mundo.
Educación Evangelizadora
El modelo antropológico que sustenta nuestra educación está inspirado en Jesucristo, Dios encarnado. Por ello es una educación integral, que contempla a la persona en todas sus dimensiones, con una visión esperanzada, reconociendo su capacidad de abrirse a los valores auténticos y a la trascendencia. No se queda en la simple transmisión de conocimientos, sino que pretende ayudar a la persona a vivir abierta a Dios y a los demás, a asumir coherentemente en su vida los valores del Evangelio.
Con nuestras palabras y acciones, así como con las actividades que proponemos, buscamos dar a conocer al Dios que se nos ha revelado en Jesucristo. Presentamos a María como la mujer que con su docilidad a la Palabra hace posible la encarnación, y a Rafaela María como testigo cercana de la fe.
La Eucaristía en el Centro
En nuestras obras apostólicas la celebración eucarística es expresión de comunión y de alegría compartida, la gran fiesta que nos hermana en torno a la mesa del Señor. Es espacio privilegiado de educación, donde se aprende a amar y a entregar la vida por los demás.
En nuestra vida de Esclavas, la educación evangelizadora y la adoración eucarística son expresiones de una única vocación reparadora, que se complementan y alimentan mutuamente.
Ponemos especial empeño en transmitir la profunda conexión entre Eucaristía y compromiso social. Educamos para el compromiso con la paz, la justicia y la integridad de la creación; formamos personas que puedan ser agentes de cambio y transformación de las estructuras sociales, que estén dispuestas a colaborar para hacer realidad el sueño de Dios de sentar a toda la humanidad a una misma mesa.
Educación con Corazón
La relación de persona a persona, de corazón a corazón, constituye el núcleo del proceso educativo. Es esta relación, que pone de manifiesto el amor de Dios, la que hace posible una educación realmente transformadora, reparadora.
Educamos conjugando ternura y firmeza, buscando siempre el bien de la persona, valorando sus dones y amándola en sus debilidades. Acompañamos a cada uno en su camino personal, con lo que tiene de original y único, orientándolo hacia lo que lo plenifica y realiza, teniendo siempre como horizonte el sueño de Dios para la humanidad.
A esta forma peculiar de pedagogía que brota de nuestro carisma se le ha denominado, en la tradición del Colegio, “pedagogía del corazón”.
Con Espíritu Ignaciano
Cultivamos en las personas que educamos el autoconocimiento, la escucha profunda de su propia realidad y de la realidad del mundo que les rodea, el pensamiento crítico y la evaluación de sus experiencias.
Para nosotras, educadoras, lo ignaciano se traduce también en una vivencia de nuestra misión como “contemplativas en la acción”, encontrando a Dios en las personas a las que educamos, trabajando con Él y desde Él, y examinando nuestro modo de proceder de manera que podamos caminar siempre hacia un “más” en nuestra entrega y misión.
Con los más Pobres
Queremos que nuestras obras apostólicas estén siempre abiertas a todos. Nuestro carisma nos hace sensibles y capaces de descubrir las diferentes pobrezas para atenderlas.
Convencidos de que los pobres y la tierra necesitan urgentemente nuestra solidaridad, educamos en el compromiso con la justicia, la paz y la integridad de la creación.
Queremos formar personas sensibles a las necesidades de su entorno y del mundo, que asuman la responsabilidad de convertir éste en una auténtica casa común donde todos tengan cabida.
Con Aire de Familia
La pedagogía del corazón genera un ambiente educativo donde cada persona puede sentirse reconocida, valorada, amada. El interés y conocimiento de cada uno, de su familia, de sus circunstancias, hace que todos puedan sentirse “en casa”, miembros de una familia extensa que comparte y celebra la vida, que se mueve por los mismos valores, que goza y sufre al unísono.
Las Esclavas tenemos un corazón universal. Nos sabemos y nos sentimos parte de una familia más grande: de la Iglesia, de la humanidad, de la creación. Queremos compartir este horizonte ancho con todas las personas con las que nos relacionamos en el mundo educativo. A través de nuestra tarea educativa en cualquier contexto, promovemos la comunión, uniendo nuestros esfuerzos a los de todos aquellos que intentan construir una fraternidad universal.
Misión Compartida
Llevamos mucho tiempo trabajando codo a codo con los laicos en la educación, de manera que hoy día no podemos entender ésta si no es como misión compartida con ellos. Es una riqueza, y un don para nosotras, poder vivirla desde la diversidad y complementariedad de visiones y de vocaciones. De esta manera hacemos presente el rostro de la Iglesia, en la que hay muchas vocaciones pero una sola misión evangelizadora, la missio Dei.
Educación en Valores
La educación evangelizadora consiste, fundamentalmente, en la transmisión de los valores del Evangelio. En nuestra misión apostólica, las Esclavas ponemos el acento en algunos de estos valores, que sentimos conectan de modo especial con nuestro carisma.
Con Un Proyecto Pastoral
La pastoral da sentido a todo el proceso educativo y hace de nuestras obras auténticas plataformas de evangelización. Debe planificarse en cada lugar, teniendo en cuenta las orientaciones de la Iglesia local y procurando la coordinación y continuidad en nuestras actividades.
Al Ritmo De Un Mundo en Cambio
Siempre ha habido en nuestras obras apostólicas una preocupación por hacer las cosas del mejor modo posible, según los tiempos y circunstancias. La calidad de lo que hacemos pasa necesariamente por la atención a la persona y la transmisión de los valores evangélicos, pero también son importantes para nosotras los medios educativos que utilizamos y la manera en que organizamos nuestros centros. En todo lo que esté a nuestro alcance, procuramos trabajar con profesionalidad y eficacia.
Para vivir esta dinámica de constante renovación es necesario un serio compromiso de formación permanente, que nos capacite a nosotras y a los educadores con los que compartimos misión para responder a las demandas de la sociedad en la que vivimos.
Rafaela Mª y Pilar, Modelos de Referencia
Nuestras fundadoras, Rafaela Mª y Pilar, impulsaron los inicios de la educación en el Colegio. Su fe inquebrantable, su valentía, su entrega, su manera de tratar a las personas, de formar y acompañar a las jóvenes, son fuente de inspiración para nosotras y para todos los educadores de nuestros centros. Su proceso personal e interpersonal, la manera en que crecieron como personas, su entrega a Dios y a los demás, su pasión por la misión, y la evolución de la relación entre ellas a lo largo de su historia nos hablan de la fuerza del amor y la reconciliación, y nos invitan a ser generadoras de comunión.
Herencia y Compromiso
Para las Esclavas del Sagrado Corazón, la educación es parte de nuestro patrimonio institucional, una riqueza que hemos recibido en herencia, que valoramos, agradecemos y compartimos con alegría. Nos sabemos miembros de un Cuerpo para la misión, un cuerpo en el que a lo largo de la historia muchas Esclavas y laicos han ido pasando la antorcha unos a otros.