NUESTRA PEDAGOGÍA DEL CORAZÓN
Es uno de los pilares fundamentales sobre el que se asienta nuestra pedagogía desde los comienzos, y tiene su punto de partida en el carisma eucarístico reparador, que es el eje del sistema educativo propio del Colegio. El fin prioritario de nuestro mensaje de evangelización es el anuncio de Jesucristo. Este anuncio cobra fuerza cuando al presentarlo llegamos “al corazón” de nuestros estudiantes y tratamos de educarles, desde ahí, con todo lo que esto implica. Ya en los comienzos, las Religiosas Esclavas dedicadas a la educación, tuvieron esa fina y preciosa intuición de lo que suponía “educar el corazón y desde el corazón”.
Las Esclavas del Sagrado Corazón desde los inicios somos llamadas a ser contemplativas del Corazón de Cristo, encarnado en el corazón de cada hombre, para reparar, sanar, llevar vida; la vida que hemos descubierto en Él. Nuestro carisma es vivo y creativo, no se puede encerrar en reglas, sino en la contemplación del corazón del hombre. Por eso, la preparación de las educadoras y la eficacia de los métodos, deben ir encaminados siempre a reforzar y privilegiar el amor de la alumna/o (ACI, 2005, pp.79 y 81).).
La “pedagogía del corazón” debe ser el camino por el que acompañemos a nuestros estudiantes a crecer y madurar en todos los aspectos de su personalidad. Porque al nacer del amor, debe respetar la identidad de cada una/o para que sea agente de su propia formación y pueda colaborar a construir una sociedad donde sea prioritario el ser al hacer, el respeto al otro, la solidaridad y la búsqueda de lo que es más justo y fraterno (ACI, 2005, p. 87).
La Congregación General XIX dice:
Sentimos la necesidad de ahondar en el estilo educativo que brota de la reparación, la “pedagogía del corazón”, como nuestro modo de acompañar a las personas en su proceso de crecimiento humano y cristiano. Asumir esta forma de educar implica buscar aquello que cada uno necesita, combinar firmeza y ternura, y mirar con predilección a los pequeños y débiles.